viernes, diciembre 22, 2006

No los olvidemos

Gracias a ellos hoy el país está un poquito mejor. Sus asesinos siguen libres. No los olvidemos


















Graciela Acosta, 35 años, Villa Gobernador Gálvez, Santa Fe.
Carlos Almirón, 24, Capital .
Ramón Arapi, 22, Corrientes.
Rubén Aredes, 24, Buenos Aires.
Elvira Avaca, 46, Cipolletti.
Diego Avila.
Gustavo Benedetto, 30, Capital.
Walter Campos, 16, Rosario.
Jorge Cárdenas, Capital Federal.
Juan Delgado, 27, Rosario.
Víctor Enrique, 20.
Luis Fernández, 27, Tucumán.
Sergio Miguel Ferreyra, Córdoba
Julio Flores, 15, Merlo.
Yanina García, 18, Rosario.
Ariel González, 24, Pilar.
Roberto Gramajo, 21, Claypole.
Pablo Guías, Almirante Brown.
Romina Iturain, 15, Paraná.
Diego Lamagna, 27, Capital Federal.
Cristian Legembre, Castelar.
Claudio Lepratti, 38, Rosario.
Alberto Márquez, 57, Capital Federal.
David Moreno, 13, Córdoba.
Miguel Pacini, 15, Santa Fe.
Rosa Paniagua, 13, Paraná.
Sergio Pedernera, 16, Córdoba.
Rubén Pereyra, 20, Rosario.
Damián Ramírez, 14, Gregorio de Laferrère.
Sandra Ríos.
Gastón Riva, 31, Capital Federal.
José Rodríguez, Paraná, Entre Ríos.
Mariela Rosales.
Ariel Salas, 16, Gregorio de Laferrère.
Juan Torres, Corrientes.
José Vega, 19, Moreno.
Ricardo Villalba, 23, Rosario.

martes, diciembre 12, 2006

Aliverti, en PaginaK

Ayer se cumplieron 23 años de democracia. El dato viene a cuenta de lo que no fuimos capaces de cambiar, ni siquiera en la superficie, a propósito de los patrones de la Argentina. Esta sociedad, o sus sectores más dinámicos, consiguieron algunas cosas que bien debería envidiar, seguro, todo el resto latinoamericano. Y probablemente, el resto del mundo. Juzgar a los genocidas, condenarlos, indultarlos pero persistirles la respiración en la nuca. Salir a la calle casi cada vez que fue necesario, poderosos presos, asentamiento de las libertades civiles, una considerable libertad de expresión. Tan cierto es eso, como que eso que renació hace 23 años no fue capaz de modificar sustantivamente la injusticia social.

Por ejemplo, los dueños de la tierra, de las vacas, de los bifes, de las milanesas, siguen siendo los mismos. No en la nominalidad, es cierto, porque la globalización concentrada hizo de las suyas. Pero sí en la apropiación de la renta. ¿Queremos cambiar eso o basta con que Videla & Cía. estén presos?

Sandra Russo en PáginaK

...Estuve allí cuando Pinochet se iba, cubriendo aquellas elecciones, y estaba claro que Pinochet no se estaba por ir sino a una banca desde la que seguiría su horrible reinado. Estuve también en la conferencia de prensa que Patricio Aylwin, el candidato que terminó siendo el primer presidente democrático electo, ofreció un día antes de los comicios. Y el clima estaba enrarecido, tan ahogado, que esa pregunta que había que hacer (“¿Propiciará, si es elegido presidente, una reforma constitucional para que los militares responsables de los crímenes en la dictadura sean juzgados en lugar de ser ungidos legisladores?”) no se hizo, a pesar de que todos la teníamos en la cabeza, porque de haber sido formulada una respuesta negativa hubiese debilitado la posición del candidato, y una respuesta positiva hubiese frenado el proceso eleccionario. La trampa estaba tan bien armada que todos la apuntalamos, incluso con las mejores intenciones....