sábado, agosto 08, 2009

¿Que te pasa Clarín?

El film Kingsey (2004), repasa la vida del famoso entomólogo estadounidense, quien fué uno de los primeros investigadores en aplicar el método científico al estudio del comportamiento del animal humano. Hombre metódico y obsesivo, se interesó en un área tan sensible como la de la sexualidad, lo que le valió la fama mundial durante sus primeros estudios y el ostracismo y el olvido en sus últimos años.

Alrededor del minuto 40 de la película, luego de algunas investigaciones preliminares Kingsey solicita a sus alumnos que completen un cuestionario anónimo sobre sus vidas sexuales. Explica la necesidad de tal estudio enumerando diferentes preguntas que le tocó escuchar:

- ... ¿Mucho sexo puede causar cáncer? ¿Usar tacones altos me hace estéril? Creo que mi vagina no es normal. ¿Se pega la sífilis por silbar? ¿Es la homosexualidad una forma de demencia? Yo pienso mucho en mi gato... demasiado. ¿E... Eliminar el s... sexo provoca tar... tartamudeo? ¿Mi pene es más pequeño que los demás? ¿Mucha masturbación provoca eyaculación precoz? ¿Es normal que mi novio me toque el ano?

Todas son excelentes preguntas, todas tienen la misma respuesta: No lo sé.

Desde el punto de vista sexual es difícil decir lo que es común o normal... porque sabemos muy poco de lo que las personas realmente hacen. Esto nos lleva a que muchos nos sintamos ansiosos o culpables. ¿Estoy interesado en lo correcto? ¿Estoy haciendo las cosas de manera normal? Una de las formas de descubrir lo que las personas hacen... es determinar lo que han hecho, así que por favor tómense su tiempo al llenar estos cuestionarios sexuales. Traten de ser lo más exactos y honestos posible. Es la única manera. Sólo funcionará si dicen la verdad."


Mas tarde, cerca del minuto 55, Kingsey describe los resultados de su pequeña encuesta, y propone realizar un estudio a gran escala, de modo de contar con la estadística suficiente para poder afirmar que conocemos los hechos básicos sobre el comportamiento sexual humano

- Muchas personas piensan que hacen sexualmente lo que todos hacen. O que deberían hacerlo. Pero debo recalcar que todas las llamadas perversiones sexuales caen en un rango biológico normal. Por ejemplo. La masturbación, el contacto boca genital, y la homosexualidad son comunes en muchos mamíferos, incluidos los humanos. La sociedad puede condenar estas prácticas como inmorales, pero es ridículo llamarlas no naturales. Sin embargo, basados en el primer libro de Génesis, de acuerdo a la opinión pública sólo existe una ecuación sexual correcta: Hombre + Mujer = Bebé. Todo lo demás es vicio. He aqui cuando el registro de los orgasmos de la raza humana demuestra la ineficiencia de las restricciones sociales y la imperatividad de la demanda biológica.

¿Por qué algunas vacas tienen sexo mientras otras sólo se quedan paradas ahí? ¿Por qué algunos hombres necesitan 30 orgasmos semanales y algunos ninguno? Porque todos somos diferentes. El problema es que muchos quieren ser iguales, les resulta más fácil ignorar este aspecto fundamental de la condición humana. Están tan desesperados por ser parte del grupo que traicionan su propia naturaleza para lograrlo.


La última frase me resulta iluminadora.

El Informe Kingsey fué un estudio científico serio basado en datos estadisticos sobre miles de encuestas tomadas a todo tipo de personas en todo el territorio norteamericano. Reveló que algunos comportamientos hasta entonces considerados perversiones son en realidad absolutamente normales. Logró una enorme difusión pública, y muchos creen que fué una de las causas de la llamada "revolucion sexual". Independientemente de lo certero de esa opinión es indudable que, gracias a su publicación, muchas personas descubrieron que todo lo que les habia sido dicho acerca de la normalidad sexual humana era falso. Que aquello que durante todas sus vidas habían hecho y defendido solo porque de ese modo se sentían parte del grupo, no era sino una ficción establecida por el conservadurismo religioso. Que la habilidad de las iglesias para apropiarse del discurso público les había hecho creer en una realidad fabricada, y los habia inducido a ocultar avergonzados comportamientos absolutamente normales.

Me pregunto cuanto nos damos cuenta de que ningún avance social es realmente significativo mientras el poder mantenga la prerrogativa de decirnos que cosa es verdad y que cosa no lo es. Que el objetivo primario de cualquier batalla debe ser el de disolver esa plastilina hecha de mentiras con la que lo poderosos crean la realidad, a fuerza de amasarla contra nuestras conciencias hasta hacerla parecer sentido común.

El conservadurismo norteamercano se daba cuenta, y por eso combatió a Kingsey hasta lograr el desfinanciamiento y la virtual cancelación de su proyecto. La derecha argentina también, y por eso hoy censura a cualquiera que desnude la volubilidad de su versión de la realidad.