lunes, febrero 25, 2013

Popper y la irrefutabilidad del feminismo

Leyendo este libro maravilloso que me recomendó @ab_atar en Twitter, me encontré con la siguiente cita de Karl Popper:
[...] comprobé que mis enemigos, admiradores de Marx, Freud y Adler, estaban impresionados por algunos elementos comunes a estas teorías y sobre todo por su aparente poder explicativo. Ellas parecían capaces de explicar prácticamente todo lo que sucedía en los campos a los cuales se referían. El estudio de cualquiera de ellas parecía tener el efecto de una conversión o revelación intelectual, que permitía levantar los ojos sobre una nueva verdad, vedada a los no iniciados. Una vez abiertos de este modo los ojos, por todas partes se percibían confirmaciones: el mundo pululaba de comprobaciones de la teoría. Cualquier cosa que sucediera, la confirmaba siempre. Su verdad aparecía así manifiesta; y, en cuanto a los incrédulos, se trataba claramente de personas que no querían la verdad manifiesta, que rechazaban verla, porque era contraria a sus intereses de clase, o a causa de sus represiones todavía “no-analizadas” y que reclamaban a voces un tratamiento clínico.
que sigue con 
[...] el elemento más característico de esta situación me pareció el flujo incesante de las confirmaciones, de las observaciones, que “comprueban” las teorías en cuestión... Un marxista no podía abrir un periódico sin encontrar en cada página un testimonio capaz de confirmar su interpretación de la historia; no solamente por las noticias, sino también por su presentación – que muestra los prejuicios clasistas del periódico – y sobre todo, naturalmente, por aquello que no decía. En cuanto a Adler, quedé muy impresionado por una experiencia personal. Una vez, en 1919, le expliqué un caso que no me parecía particularmente adleriano, pero que él no encontró dificultad en analizar en los términos de su teoría de los sentimientos de inferioridad, a pesar de ni siquiera haber visto al niño. Un poco desconcertado, le pregunté cómo podía estar tan seguro. “A causa de mi experiencia de miles de casos parecidos” respondió; por lo cual no pude contenerme y comenté: “Y con este último, supongo, su experiencia ya llega a los mil y un casos”
para finalizar contrastando con la gravitación einsteniana
[...] incluso si los instrumentos de medición de la época no permitían pronunciarse con absoluta certeza sobre los resultados de los controles, subsistía claramente la posibilidad de confutar la teoría
Respecto del psicoanálisis, me parece que la observación de Popper es muy certera: el problema de la teoría psicoanalítica es que afirma verdades universales, y es precisamente esa característica, que muchos sus seguidores reivindican como su mayor logro, lo que la convierte en una superchería para nuestro siglo. Sobre este tema hemos discutido ampliamente en este blog (ver acá y acá) por lo cual, en lugar de repetir mis argumentos, invito a los interesados a leer los posts y las discusiones subsiguientes.

Respecto del marxismo, en mi opinión políticamente Popper era un gorila de pelo duro. Sin embargo, desde lo poco que sé sobre el tema, coincido superficialmente con algo de lo que se señala en este ensayo: el primer marxismo hacía afirmaciones refutables (por ejemplo, como teoría de la historia preveía la inevitabilidad de una revolución de la clase trabajadora). Algunas de esas afirmaciones refutables, fueron de hecho refutadas (la revolución rusa no se extendió al resto de Europa). Para evitar el  uso político de tales refutaciones, la teoría fue modificada relajando varias de sus afirmaciones, de modo de darle esa propiedad de universalidad que tiene el psicoanálisis. Eso, que puede ser conveniente desde un punto de vista político, ciertamente no lo es en el aspecto epistemológico. Es a esta teoría modificada, viva hoy en las pancartas de la izquierda universitaria, a la que se dirigían las críticas de Popper. De hecho uno puede afirmar que fue la exageración de dicha "relajación de criterios" la que terminó conduciendo, luego de esa desilusión final causada por la caída de la Unión Soviética, al marasmo filosófico de la izquierda posmoderna. Me preguntaba que pensaría de esto Jack Celliers, quien desde su blog desafía constantemente esa visión del marxismo como superchería, cuando por encadenamiento de ideas terminé pensando en el feminismo.

Y es que me parece que al feminismo, y en particular a su teoría del patriarcado, ciertamente se le aplica la crítica de Popper. Para las feministas, absolutamente cualquier hecho, desde la existencia del matrimonio hasta la estructura de los plurales en castellano, es una evidencia de la opresión de género. Si una mujer vive cómodamente sin trabajar, eso no la colocaría una situación ventajosa sino que, al contrarío, sería una consecuencia de que su marido la ve como una propiedad. Si otra mujer, sólo por serlo, no es reclutada para ir a la guerra, eso no sería una protección evidente sobre su género, sino una muestra de que no se la considera capaz de defender a su patria. Estas cuestiones y otras similares, relacionadas con la irracionalidad de la ideología feminista, se discuten en profundidad en el excelente canal de YouTube GirlWritesWHAT. Descartando la hipótesis de que se trate de Jack Celliers en un muy convincente disfraz de mujer, supongo que esta chica debe parecer a las feministas una versión "de género" de lo que los sionistas llaman un "self-hating jew". Sirva como muestra este video



Va con un abrazo para Jack, que sé que se va a divertir mucho mirando estos videos. A él y a todo aquél que, como yo, se sienta incómodo con la inclusión en el decálogo de la corrección política de esa ideología conservadora llamada feminismo, recomiendo también el blog de GirlWritesWHAT.

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PS: lamentablemente los videos están en inglés. Para los que no puedan seguirlos, una opción sería usar el subtitutulado con traducción automática de YouTube (aunque no anda muy bien porque esta chica habla de modo muy coloquial) y otra es ir al blog, donde los videos están desgrabados, y utilizar allí la herramienta de traducción de sitios que ofrece Google.